Cómo funciona un fondo de Private Equity
y por qué invertir

El private equity es un tipo de inversión que invierte en empresas privadas, cuyo capital no cotiza en bolsa ni se negocia en un mercado regulado. Suelen ser empresas familiares o industriales en las cuales se invierte con el objetivo de potenciar su crecimiento y rendimiento financiero.

Los fondos especializados en private equity suponen una importante fuente de capital para financiar el crecimiento de estas empresas. Invertir en private equity resulta atractivo para un inversor ya que ofrece una fuente de ingresos descorrelacionada con los activos tradicionales como renta fija y renta variable, lo que ayuda a reducir la volatilidad de su cartera. Los inversores en private equity buscan rendimientos a largo plazo.

Un fondo de private equity está gestionado por un equipo gestor especializado que se encarga de realizar la selección y el seguimiento de las inversiones.

El fondo suele tener una duración de entre 10-14 años y opera en varias etapas. Primero recauda capital de inversores que utiliza para adquirir participaciones significativas en empresas privadas. Luego, durante la tenencia de estas empresas, el fondo trabaja activamente con la gestión de estas compañías para mejorar su rendimiento operativo y estratégico.

Finalmente, el fondo vende estas participaciones, usualmente después de 4-5 años, y distribuye las ganancias a sus inversores.

Colocación o recaudación de fondos: Fase en la que se constituye el fondo y se atrae inversores interesados en aportar capital. Cada inversor define la cantidad de capital comprometido. La cantidad total reunida se utilizará para realizar inversiones.

Inversión: El fondo adquiere participaciones en empresas privadas que selecciona luego de realizar un riguroso proceso de búsqueda y due diligence para asegurar la calidad de la inversión. Puede implicar la compra de la totalidad o parte de una empresa.

Madurez o gestión: El gestor implementa estrategias para mejorar el rendimiento de las empresas y obtener un retorno financiero a su venta, tales como cambios en la gestión, mejoras operativas, expansión de la cartera de productos, expansión a otros mercados, optimización de costes, entre otros.

Desinversión: Cuando el gestor considera que ha maximizado el valor de las compañías y considera que es el momento adecuado para venderlas, el fondo vende las empresas capitalizando ganancias para los inversores. Estas ganancias son distribuidas a los inversores.

Compromiso de inversión:
Los inversores comprometen una cantidad específica de capital al fondo en la fase de colocación, pero este capital no se desembolsa de inmediato. A diferencia de lo que ocurre con otros activos financieros, los partícipes no tienen que desembolsar todo el capital comprometido en un solo pago, sino que este desembolso se realiza durante el periodo de inversión a medida que el fondo va identificando oportunidades de inversión.

Valoración:
Trimestralmente durante la vida del fondo se calcula la valoración de las inversiones para evaluar el rendimiento del fondo e informar a los inversores. Las valoraciones de los fondos de private equity no están sujetas a comparables de mercado, lo que protege a sus carteras en situaciones adversas de corto y medio plazo en los mercados cotizados.

Un fondo de fondos es un vehículo de inversión que invierte en múltiples fondos de private equity en lugar de invertir directamente en empresas. Los gestores del fondo de fondos seleccionan y asignan el capital a diferentes fondos de private equity para diversificar riesgos y aprovechar la experiencia especializada de varios gestores. Esta estrategia de inversión proporciona a los inversores una forma sencilla de acceder a una variedad de empresas privadas con una sola inversión, con lo que obtienen un alto grado de diversificación.