- 07/12/2022
- Posted by: Qualitas Funds
- Categoría: Private Equity
Como ya hemos cubierto en antiguas ediciones de esta newsletter, el private equity es una de las clases de activos de inversión más atractivas tanto por los retornos que ofrece como por su perfil de riesgo. Muchas son las fuentes que avalan esta hipótesis, y en este caso os mostramos el análisis de McKinsey en su reporte anual de mercados privados en 2022.
Figura 1: Retorno anualizado según clase de activo (%)1.
Este atractivo perfil de retorno ha favorecido la creciente captación de capital que ha experimentado el mercado durante las últimas décadas. Ante esta evidencia, salta la duda que queremos ayudar a resolver en este artículo: si el private equity ha recibido tanto capital en los últimos años, ¿cómo es posible que siga siendo difícil acceder a los gestores de esta industria?
Como en ocasiones pasadas, para entender bien la razón detrás de esto es importante empezar dando un paso atrás. Atendiendo a los distintos segmentos del capital riesgo, observamos que este aumento de los fondos levantados no se ha canalizado uniformemente a toda la industria, sino que se ha concentrado en algunas áreas concretas de la misma, particularmente en el segmento alto del mercado como veremos a continuación.
Figura 2: Capital levantado según tamaño del fondo durante los últimos 10 años ($ BN)2.
Aunque todos los segmentos, distinguidos en la figura anterior según el tamaño del fondo, han aumentado el capital levantado en los últimos diez años, este efecto es notablemente más destacado en los fondos de mayor tamaño, particularmente en los de más de $5BN, que han pasado de representar más del 20% del total del fundraising en 2012 a más del 40% en 2021, un aumento significativo muestra que es el segmento donde se ha concentrado la mayoría del nuevo capital entrante en el capital riesgo.
Por el contrario, el segmento inferior analizado, los fondos de menos de $500MM de tamaño, han pasado de captar en torno al 20% del total levantado en 2011 a cerca del 10% en 2021 a pesar de que el valor absoluto de los fondos levantados haya crecido en más de un 50% en la última década.
Esto tiene varias explicaciones, siendo una de ellas la necesidad de poner a trabajar de forma eficiente la creciente cantidad de fondos disponibles a la que han accedido los inversores durante los últimos años, como hemos comentado en ediciones previas de nuestra newsletter, que los lleva a enfocarse en los fondos de mayor tamaño.
Por otro lado, a medida que los gestores de los espacios inferiores del mercado van generando retornos a la altura de las expectativas de sus inversores, estos tienden a crecer el tamaño de sus vehículos para aprovechar la tracción generada en su base inversora y poder captar más comisiones de gestión, pasando a engrosar los números de capital levantado en las categorías superiores del mercado.
Si la tendencia natural de los fondos pequeños es evolucionar hacia los segmentos de mayor tamaño con fondos cada vez mayores, entonces, ¿cuáles son los receptores de ese casi 10% del capital levantado en 2021 en la parte baja? Existen tres tipologías principales que comentamos a continuación.
En primer lugar, en este grupo están los gestores que podríamos llamar “de bajo rendimiento”, en los que incluimos aquellos que no hayan generado unos retornos suficientemente atractivos para levantar fondos suficientemente grandes como para dar un salto de categoría. Este puede ser causado por algún aspecto ajeno al desempeño histórico del gestor, como problemas de sucesión en la gestora, una escisión del equipo, cambios en la estrategia o cualquier otra circunstancia que pueda generar dudas entre los inversores a la hora de tomar la decisión de inversión.
En segundo lugar, en el segmento inferior del mercado se encuentran los que conocemos como emerging managers (o gestores emergentes), que son aquellos gestores que están lanzando su primer vehículo para invertir en private equity. Estas nuevas gestoras suelen levantar fondos más pequeños porque requiere menos esfuerzos de fundraising y para empezar a invertir cuanto antes.
Figura 3: Retorno (medido como múltiplo de la inversión neto de comisiones) según el número del fondo3.
Aunque existen muchas casuísticas, nuestro análisis de mercado concluye que los fondos de la primera y segunda añada de los gestores tienen potencial de generar más alpha (retornos por encima de la mediana) que los fondos lanzados cuando el gestor ya es más maduro. Entre otras cosas, este hecho se puede explicar por la alta motivación que tienen estos gestores en el inicio de su carrera para cumplir con las expectativas que han generado entre sus inversores, ya que de ello depende su futura continuidad. Además, estas gestoras suelen estar lideradas por profesionales jóvenes (relativamente a la media del mercado) que no gozan de la tranquilidad económica con la que sí pueden contar gestores con más años de experiencia.
Por otro lado, y como resulta intuitivo, la inversión en esta tipología de gestores supone la admisión de una serie de riesgos que no están presentes en los gestores maduros, entre los más comunes la ausencia de un historial de inversión como firma, la falta de experiencia de los miembros del equipo trabajando juntos, entre otros.
Por último, el tercer gran grupo de los fondos de menor tamaño estaría formado por los gestores que podríamos llamar “disciplinados”, ya que, a pesar de su éxito pasado, deciden mantener el tamaño de sus vehículos constante (o al menos incrementarlo lentamente con el tiempo) para asegurar que mantienen una estrategia similar a la que han llevado a cabo en el pasado.
Estos gestores suelen suplir el aumento del tamaño del fondo por un aumento en la frecuencia de los mismos. La inversión en este tipo de gestores es prácticamente exclusiva para aquellos que apoyaron al gestor en sus primeros vehículos, ya que al no incrementar el tamaño de los fondos no suelen ser capaces de dar cabida a nuevos inversores. Este hecho acentúa la necesidad de los inversores de identificar los emerging managers adecuados: algunos de los mejores gestores están reservados a aquellos inversores que los han acompañado desde el principio.
La suma de todo lo anterior explica el tema central de este artículo: el difícil acceso al Private Equity. Dando por descontado que esta dificultad en los fondos más grandes es mayor, no sólo por los requerimientos de capital típicamente mayores, sino por la mayor competición en la demanda que hemos discutido más arriba, el acceso a los fondos de menor tamaño, donde además la selección cuenta como un factor clave para asegurar el éxito de la inversión, no deja de ser complejo.
Por un lado, al ser el tamaño del fondo más reducido, hay menos “espacio” disponible en cada vehículo, lo que provoca que los inversores compitan para evitar los gestores de bajo rendimiento o aquellos menos prometedores y conseguir entrar en esos managers emergentes y disciplinados con más potencial. Es por ello que, para poder superar estas barreras en el acceso a la clase de activo con uno de los perfiles de retorno más atractivos, es necesario que los inversores sean capaces no sólo de identificar aquellos gestores prometedores sino también de establecer relaciones fuertes con ellos, para lo que la experiencia y el reconocimiento en la industria son dos de los factores diferenciales más relevantes.
Notas:
- Desempeño global de fondos por clase de activo, TIR neta a Q3 2021, fondos de añadas entre 2008-2018. Fuente: Burgiss según reportado en McKinsey Global Private Markets Review 2022.
- Capital levantado a nivel global en fondos de buyout. Fuente: Preqin según reportado en Bain & Company Global Private Equity Report 2022.
- Fuente: análisis interno en base a información de fondos liquidados (serie de 1997-2018) en Preqin.