- 10/08/2022
- Posted by: Qualitas Funds
- Categoría: Private Equity
La inflación se ha convertido en el tema de moda, no solo porque ocupa gran parte del noticiaro en todo el mundo, sino por el impacto real que tiene en nuestros bolsillos. “Nuestro dinero cada vez vale menos”, “el poder adquisitivo de las familias es cada vez menor” dicen los expertos. Razón no les falta. Lo cierto es que cada vez es más caro hacer la compra, pagar la factura de la luz o llenar el coche de gasolina. Hace exactamente un año llenar el depósito de un Volkswagen T-Roc de diésel costaba unos 60 euros, ayer pagué casi 85 euros, un 42% más, por hacer exactamente lo mismo.
Ante este ambiente inflacionario y con una contracción económica a la vuelta de la esquina, al inversor le surgen dudas sobre qué hacer con su dinero. La teoría nos dice que hay que poner a trabajar el dinero cuanto antes, el miedo y la incertidumbre nos llevan a ser precavidos y querer tener liquidez disponible “por lo que pueda pasar”. Puede que los dos argumentos sean razonablemente válidos, pero lo que es indiscutible es que el dinero en el banco está perdiendo valor día tras día a un ritmo de entorno al 10% anual. Si a esto se añaden otros factores como el impuesto sobre patrimonio, la situación se agrava, resultando en una descapitalización paulatina de la sociedad.
El Private Equity no ha quedado exento del impacto de la inflación. El precio medio de entrada en nuevas compañías se ha disparado hasta alcanzar sus máximos históricos. Además, este efecto se acentúa en la parte alta del mercado, donde pagar 15-20x EV/EBITDA se ha convertido en algo habitual.
Fuente: Clearwater International Multiples Heatmap. Datos a diciembre de 2021
Históricamente, en los periodos de alta inflación, el Private Equity ha seguido entregando retornos atractivos a los inversores, demostrando la resiliencia del activo. En 1990 con la inflación en Estados Unidos disparada por encima del 6% los fondos de Private Equity generaron de media un retorno de 2,7x capital invertido, que se mantuvo más o menos constante durante los siguientes años. En 2007 la inflación comenzó un nuevo rally hasta situarse por encima del 5,3% en 2009. Sin embargo, una vez más, los retornos de los fondos de Private Equity no se vieron comprometidos.
Aunque es difícil predecir lo que puede pasar a medio plazo, es razonable pensar que la subida de los tipos, el BCE acaba de anunciar una subida del tipo de interés oficial del 0,5%, la más alta desde 1999, y una potencial correción en los múltiplos de valoración impacte negativamente a los fondos con menor disciplina de compra y con carteras más apalancadas, en los que el arbitraje de múltiplos y la deuda son cruciales a la hora de generar valor en las compañías. En cambio, los fondos de Private Equity con carteras balanceadas adquiridas a descuento frente al mercado y con un uso de duda moderado verán sus retornos menos expuestos, ofreciendo así una buena solución para luchar contra la descapitalización en el entorno actual.