- 07/04/2022
- Posted by: Qualitas Funds
- Categoría: Private Equity
La última década ha marcado un antes y un después en la industria del software y el private equity. Cada vez son más los inversores que encuentran en este sector el crecimiento y rentabilidad que buscan cuando ponen a trabajar su dinero en capital riesgo.
Según el último informe publicado por Bain&Company: Global Private Equity Report 2022, el pasado año los deals tecnológicos representaron el 31% del total del mercado global de buyouts dentro de la industria, convirtiéndose en el sector que mayor interés despierta entre las gestoras de private equity
Fuente: Dealogic. Bain & Company: Global private equity report 2022
No es de extrañar que el insaciable apetito por estas operaciones haya incrementado la competencia, dando lugar a múltiplos de entrada cada vez más altos, y abriendo el debate de si existe o no una burbuja en el sector.
Sin embargo, para desánimo de los más escépticos, el rendimiento de estas operaciones es notablemente superior al del resto de sectores, mientras que la probabilidad de perder dinero en ellas es menor. En este perfil riesgo-retorno asimétrico, se observa que más de la mitad de las operaciones generan un retorno superior a 2.5x MoC, con un ratio de pérdida muy inferior al 20% que presenta de media la industria.
Fuente: DealEdge. Bain & Company: Global private equity report 2022
Por último, en comparación con el resto del universo de PE, el retorno de las operaciones de software y tecnología se apalanca mucho más en la mejora operativa y el crecimiento del EBITDA, que en el arbitraje de múltiplos y el apalancamiento. Dando lugar a operaciones menos especulativas y arriesgadas.
Fuente: DealEdge. Bain & Company: Global private equity report 2022
Es innegable que el precio que las gestoras de PE tienen que asumir para incorporar este tipo de operaciones a sus carteras, es mayor a la media del resto de la industria. Sin embargo, del mismo modo, no se puede discutir el potencial de estas operaciones para generar rendimientos superiores con un menor riesgo de pérdida. “En el punto medio está la virtud”, tal y como afirmó Aristóteles hace más de 2.500 año. Es obligación de las gestoras buscar el equilibrio, que permita capturar el potencial al alza subyacente en las operaciones tecnológicas, sin sobreexponer el capital de sus inversores.